Viñeta: Forges
Una breve dosis de iPad
Por Ángel Jiménez de Luis (El Mundo / El Gadgetoblog)
En el año 2007 se me ocurrió escribir a la salida de la presentación del iPhone que el teléfono marcaría un antes y un después en el mundo de la telefonía. “Es como un teléfono del futuro traído al presente”, dije entonces.
El resultado fueron una serie de comentarios en el blog de los cuales la mitad nunca pasó el filtro de las normas de uso, que básicamente le permiten a usted decir cualquier cosa siempre que deje en paz a mi santa madre.
“Ignorante”, “es una basura”, “vendido”, “cualquier Nokia le da mil vueltas” y en ese plan... La culpa fue mía, en realidad, porque no supe explicar qué era lo que realmente me había impresionado del teléfono. No era la hoja de características (nunca fue la hoja de características), sino el hecho de que se había inventado a partir de cero, tratando de no repetir los errores del pasado.
Mientras el resto de fabricantes estaba preocupado por meter un megapíxel más en la cámara, Apple dedicó el tiempo de desarrollo a mejorar la navegación por los menús del sistema, a crear un nuevo lenguaje para la pantalla multitáctil y sobre todo a trasladar la experiencia de la navegación web en un PC al bolsillo. Aún hoy es el mejor teléfono para navegar por la red. Hay móviles con pantallas más grandes y con procesadores más rápidos, sin duda, pero siguen teniendo problemas para conseguir que las páginas se muevan con fluidez con la que se mueven en el iPhone. Y ya llevamos tres años de teléfono con manzana.
Si hubiera podido responder con un solo comentario a tanta crítica hubiera sido con una simple frase. Como dicen por aquí, ¡Its the user experience, you idiot! (¡es la experiencia de uso, idiota!). Hasta que alguien no usa el iPhone, es fácil buscarle defectos. Tan fácil como comparar números, de hecho. Esto no quiere decir que sea obligatorio enamorarse de él y que el iPhone sea el teléfono que todo el mundo necesita, por supuesto. Hay grandes smartphones ahí fuera y cada vez los habrá mejores.
El ejemplo viene a cuento al hablar del iPad, que ayer pude probar durante unos 20 minutos antes de que me lo quitaran de las manos. Puede que la descripción del producto no le entusiasme –sí, es un iPhone o un iPod Touch de grandes dimensiones se mire por donde se mire- pero eso no quiere decir que el uso del producto sea el mismo. Añadir una pantalla de 9,7 pulgadas realmente cambia lo que se puede hacer y esperar de él y sobre todo cómo se maneja. A bote pronto y con la experiencia aún fresca:
1. La pantalla es muy buena. Resolución, brillo, color, ángulo de visión… perfectos. Realmente es una gozada tenerla tan cerca y poder interactuar con los dedos. Navegar por la red es fantástico.
2. Es rápido, muy rápido. Transiciones suaves entre las diferentes aplicaciones.
3. Es muy ligero. Con 680 gramos resulta mucho más ligero que un netbook y es cómodo para tener en las manos.
4. La aplicación de fotografía me ha sorprendido mucho, es mucho más avanzada que la del iPhone o el iPod Touch y creo que es perfecto para enseñar fotografías a amigos y familiares. Como marco digital no tiene precio
5. La aplicación de libros también. ¿Es un sustituto para el Kindle y similares? Sí. A pesar de usar tecnología LCD con retroiluminación es fácil y cómodo leer en el iPad y sí, creo que puede ser un sustituto para el papel en periódicos y revistas.
¿Qué falla? Pues creo que fundamentalmente tres cosas.
1. La ausencia de webcam, que hubiera hecho del iPad un producto interesante para videoconferencia en el hogar y que probablemente acabará instalada en futuras versiones
2. El formato de la pantalla, no panorámica, es un handicap a la hora de reproducir películas, aunque probablemente tenga más sentido para leer un libro.
3. El precio de ciertos modelos. 499 dólares no me parece mal para el modelo de 16 GB pero pagar 200 dólares más por 64 GB es demasiado. De todas formas creo que no merece la pena ir a por más memoria. En mi caso rara vez lleno 16 de los 32 Gb de mi iPhone, el contenido está en el PC y paso sólo lo que necesito en un momento dado. El iPad se usa de forma parecida. Creo también que es mejor optar por el modelo 3G, que viene con GPS.
Todo esto, como digo, hay que verlo en directo para poder saborearlo de verdad. Si no, es fácil caer en la tentación de decir que el producto es bastante gris o poco revolucionario. Yo creo que tiene usos muy claros:
- Dispositivo en casa para navegar desde el sofá. Es perfecto para eso, casi mejor que un portátil gracias a la pantalla multitáctil (no me llore el flash, por favor, que yo no le tengo cariño).
- Libro electrónico. Jubilo mi Reader de Sony con tinta electrónica en 60 días (que es cuando se pone a la venta el iPad). Dïgame si está interesado en comprármelo. El iPad, creo, realmente funciona para eBooks… a falta de ver si la lectura continuada cansa la vista.
- Ordenador para la cocina. Recetas, mensajes para el resto de la familia, ese tipo de cosas.
... y muchos más, tantos como aplicaciones acaben por llegar a la AppStore, que será tan importante para este producto como lo es para el iPhone.
Por supuesto puede usted pensar que me equivoco y dejarlo claro en los comentarios. Sólo le pido que dentro de 60 días trate de probarlo, aunque sea unos minutos, y vuelva a plantearse el asunto. Probablemente el iPad no consiga satisfacer a todo el mundo pero hay algo interesante en su planteamiento, en la idea de tocar la web con la punta de los dedos y tener la información siempre a mano y por supuesto todo con una ejecución brillante, creo, en cuanto a diseño de la interfaz de uso y del propio producto.
Bienvenido, iPad.