Lee el editorial de la cadena Cope; escribe un término adecuado en lugar de los números; escucha la grabación original y corrige.
Las declaraciones del observador permanente de la Santa Sede ante Naciones Unidas, Celestino Migliore, (1) la propuesta trampa que Francia llevará a la ONU para que realice una declaración en favor de despenalizar la homosexualidad, han servido para (2) una cortina de humo en la opinión pública mundial y (3) despreciables e injustas acusaciones a la Iglesia católica. Quien (4) formarse un criterio sobre esta materia debe analizar muy (5), dado que la propuesta francesa esconde un trasfondo que debe ser tenido en (6). No se trata de volver una vez más sobre lo que opina la Iglesia sobre la homosexualidad; quien quiera saber de esta materia tiene textos suficientes. La Iglesia no sólo (7) la pena de muerte para cualquier persona, sino que deplora cualquier discriminación que puedan (8) las personas homosexuales.
Lo que el representante de la Santa Sede ha denunciado es que la propuesta, tal como está formulada, (9) una nueva discriminación. El problema no es que se (10) a los homosexuales, que sufren discriminación en sociedades que no son precisamente de tradición cristiana. El problema es que se (11) generar mecanismos de presión para impedir a los Estados afirmar una realidad básica para el futuro de la humanidad: que el matrimonio está formado por un hombre y una mujer. Imponer a todos la aceptación del llamado matrimonio homosexual, como si se (12) de un nuevo derecho, es un abuso que debe ser rechazado, aun a (13) de sufrir calumnias repugnantes, como (14) que ha sufrido la Santa Sede.
