jueves, 17 de enero de 2013

A: Para escribir. Una noticia sorprendente.


Conjugad los verbos en mayúsculas.



Un buen día, Sabine Moreau, de 67 años, SUBIRSE a su coche, aparcado en su domicilio en Solre-sur-Sambre (Bélgica) y PROGRAMAR el GPS para que le guiase en su ruta hacia Bruselas. 61 kilómetros, según el recorrido más convencional. Dos días después estaba en Zagreb y había recorrido 1.450 kilómetros, siempre siguiendo las indicaciones –no muy fiables, está visto- de la máquina.

Lo sorprendente es que Sabine, según explica al digital del británico The Telegraph, no VER nada raro en la tardanza. Pese a las evidentes señales de que algo no iba bien. Las primeras, las de tráfico: “Ví señales en francés y luego alemanas: Colonia, Frankfurt… Pero PREFERIR no hacerme preguntas”. “Estaba distraída”, añade, tal vez innecesariamente.

Su aventura TERMINAR de una forma un tanto abrupta. Su hijo, al verse incapaz de contactar con su madre, PONER una denuncia por desaparición en las dependencias de la Policía belga. Los agentes IR al domicilio de Sabine en Solre-sur-Sambre, y al no encontrarla, ni a ella ni a su coche, DISPONER todo para lanzar una denuncia internacional de desaparición… Y en esas SONAR el teléfono.

Era Sabine, desde Zagreb. Dos días y 1.450 kilómetros después LLAMAR a su hijo para comentarle que se había perdido. Al llegar a la capital croata “me DAR cuenta de que ya no estaba en Bélgica”.

Sólo le FALTAR añadir: “Me parece que esto no es Kansas, Totó”.

Fuente: http://www.lavanguardia.com/vida/20130114/54361901339/gps-confunde-belga-bruselas-zagreb.htm