La apasionante historia de "Don Lucho", el capitán en las entrañas del socavón
Por Francisco Rabini. Clarín.La del martes fue una noche especial en el campamento Esperanza. Fue cuando se concretó el ansiado milagro: Florencio Avalos inició el lento egreso de mineros desde su confinamiento. En esa madrugada, una mujer silenciosa comenzó a hablar.
La esposa del admirado Luis Urzúa, el líder de los mineros, se mantuvo al margen de la prensa durante más de 2 meses, negándose de forma sistemática a los requerimientos de los miles de periodistas que pululaban como hormigas, calle arriba o calle abajo, por los 100 metros de tierra alisada del campamento.
Pero en ese mágico momento necesitó hablar. Se acercó a uno de los braceros del asentamiento, que tras la euforia, dormitaba cansado y desierto, y sin mediar saludo comenzó a contar su historia. La suya y la de Luis.
"Luis no sólo es mi esposo, también es mi primo hermano. Casi mi mellizo. Los dos tenemos la misma edad, y cómo él quedó huérfano de padre de muy niño, nos críamos juntos. Hasta compartimos mamaderas," contó en un susurro mientras ahuyentaba el frío y su ausencia.
"Mi madre era maestra y nos inculcó la idea de que había que estudiar y progresar en la vida. Yo soy psicóloga y Luis, topógrafo. El no para jamás. Consiguió un buen trabajo, pero como le quedaban varios meses hasta comenzar, no quiso quedarse sin hacer nada y tomó un puesto temporal en la mina San José. Así fue como se metió en esto", se lamenta.
"Mi hijo más chico tiene 14 años. Con todo este suceso siento que tuvo un cambio espiritual. Antes no le importaba nada, pero ahora se volvió más profundo. Desde el día del derrumbe no me dejó sola nunca y me acompañó en todo momento. Hace un rato, cuando sacaron al primer minero todos celebraban. Pero lo miré a él y lloraba", sostuvo, conocedora de las enseñanzas que deja el dolor.
"A su padre la vida no se ha cansado de mostrarle la cara más dura. Pero con Luis la tiene difícil. El nunca se deja vencer; sólo agacha la cabeza y empuja, y empuja, y empuja otra vez."
No miente. Luis es dueño de una historia sufrida y admirable. Su padre, llamado igual que él, fue asesinado por la dictadura de Pinochet cuando él era chico. Pertenecía al Partido Comunista. Su padrastro, Benito Tapia, también fue asesinado en la "caravana de la muerte". Pertenecía al Partido Socialista.
Pero las dificultades solo consiguieron forjarle a fuego su carácter. "Mi hijo siempre fue muy disciplinado, en la casa era el que llevaba la batuta. Cuando mi marido murió, él tomó el rol del hombre de la casa y fue quien me ayudó a criar a sus seis hermanos", contó su madre, Nelly Iribarren, en una entrevista al diario chileno La Nación.
Aunque llegó hace pocos meses a la mina, el jefe de turno impuso disciplina en el grupo, distribuyó tareas y organizó turnos. Las autoridades reconocen que esas decisiones fueron vitales para la supervivencia de los 33, especialmente cuando la desesperación ganaba el corazón de sus compañeros.
No le tembló la mano. En la profundidad de la mina, Urzúa impuso en los primeros 17 días una dura rutina alimentaria: cada 48 horas los mineros ingerían dos cucharadas de atún en lata, media taza de leche y una galletita.
Pero todos le reconocieron su dedicación absoluta a salvarlos. Luis hasta debió ocuparse de la contención médica de sus compañeros, ya que era uno de los dos trabajadores con conocimientos de primeros auxilios.
Su hermana Nelly Tapia se emociona con el próximo encuentro. "Estamos felices y emocionadas, hemos gritado y llorado de felicidad. Ahora lo único que queremos es que vuelva, porque él no es sólo héroe de los mineros, acá en la casa también es nuestro héroe y nos hace falta”.
Durante estos 70 días Urzúa fue el piloto de tormenta y uno de los estrategas del rescate. Cómo corresponde a todo naufragio, aunque sea en un mar de piedra, una vez más el último en abandonar la mina fue el "capitán". Desde ayer pasó a ser el ser humano que más tiempo permaneció en esas condiciones. Un récord en el que él nunca pensó. Estaba muy ocupado plantándole cara a la vida.
Fuente: http://www.clarin.com/mundo/mineros_atrapados_0_352764987.html