martes, 24 de abril de 2012

A: Repasando la biografía. Miguel Gila

Esta es su biografía adoptada de Wikipedia.

Gila (1919-2001), humorista gráfico, guionista y actor de monólogos, NACER en Madrid. Huérfano de padre a temprana edad y con dificultades económicas en su hogar, DEJAR los estudios a los 13 años. Su primer trabajo SER de pintor de coches. SEGUIR sus estudios hasta el segundo grado de mecánica de aviación y trabajó en los Talleres Elizalde de Barcelona. Al estallar la Guerra Civil, como militante de las Juventudes Socialistas, ALISTARSE como voluntario en el bando republicano en julio de 1936.
En Valsequilla (Córdoba) SER puesto frente a un pelotón de ejecución, pero PODER salvar la vida. El fusilamiento TENER lugar al anochecer de un día lluvioso y los integrantes del piquete ESTAR borrachos, por lo que no le ACERTAR los disparos. Gila HACERSE el muerto y LOGRAR sobrevivir.
Poco después, en diciembre de 1938, SER hecho prisionero e internado hasta mayo de 1939 en un campo de prisioneros, donde COINCIDIR con el poeta Miguel Hernández.

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Lee este texto suyo:

Cuando yo nací

Yo tenía que nacer en invierno, pero como hacía mucho frío y en mi casa no tenían estufa, me estuve esperando para nacer en verano, con el calorcito. Así que nací por sorpresa. En mi casa, ya ni me esperaban. Mi madre había salido a pedir perejil a una vecina, así que nací solo, y bajé a decírselo a la portera. Dije: “¡Señora Julia. Soy niño!” Y dijo la portera: “Bueno, ¿y qué?” Dije: “¿Cómo que y qué? Que he nacido y no está mi madre en casa, y a ver quién me da de mamar”. Y me dio de mamar la portera. Después de que la portera me dio de mamar, me fui a mi casa y me senté en una silla que teníamos para cuando nacíamos y cuando vino mi mamá con el perejil, salí a abrir la puerta y dije:
“¡Mamá, he nacido!” Y dijo mi mamá: “¡Que sea la última vez que naces solo!” Entonces le escribimos una carta a mi papá, que trabajaba de tambor en la Orquesta Sinfónica de Londres, y vino y se puso muy contento porque hacía más de dos años que no venía por casa. Y dijo: “Ahora sí que hay que trabajar”, porque ya éramos muchos en mi casa. éramos siete hermanos, mi papá, mi mamá y un señor de marrón, que no le conocía nadie y que estaba siempre en el pasillo.
  Entonces, como éramos muy pobres, mi madre hizo lo que se hacía en aquella época con los niños huérfanos. Nos fue abandonando por los portales. A mí me abandonó en el portal de unos marqueses que eran riquísimos, tenían corbatas y sopa y cuando estaban enfermos se hacían las radiografías al óleo, y en la cisterna del retrete ponían agua mineral. Por la mañana salió el marqués, me vio, me levantó y me preguntó cómo me llamaba. Dije: “Como soy pobre, sólo me llamo Pedrito”. Y dijo: “Pues desde hoy te vas a llamar Jorge Javier, Luis Alfredo, Juan Carlos y Sebastián”. Y luego me llamaban Chuchi para abreviar. Los marqueses querían que estudiara el bachillerato, para aprender los ríos y las montañas y todo eso que, cuando somos mayores, nos sirve para hacer crucigramas, pero a mí no me gustaba estudiar, así que me escapé y me metí de ladrón en una banda, pero lo tuve que dejar, porque me puse enfermo del estómago y todo lo que robaba lo devolvía.
  Y lo dejé y ya me dediqué a esto que hago ahora.


Aquí el vídeo: